Hoy os traigo un mini post un poquito especial para mí, y que me encanta poder compartir con vosotros.
Unas bodas de plata! Además, es que hoy, 11 de enero, hace un año que mis padres celebraban las suyas, algo que tuve el placer de organizar de principio a fin, ¡y aún encima fui la madrina!, así que imaginaros que orgullo…

Como consejo, después de haber comprobado por mí misma el estar en primera línea siendo anfitrión, y además estar en todo momento coordinando todo, organizando a cada minuto cualquier detalle que hubiera o que pudiera surgir… yo os recomiendo que si no queréis una wedding a lo largo del proceso de organización de toda una boda, que el día B sí que la llevéis; no porque no vayáis a poder con todo, si no porque la manera en que vais a disfrutar no será la misma, y no es justo que después de tanto tiempo organizando vuestro gran día, que tengáis que estar pendiente del estrés de cada momento y pendiente de cada proveedor, (y os aseguro que hay muchas más razones).

La boda fue ambientada en el Celta. Voy a contaros como hice para darle a toda la boda un mismo hilo conductor de la temática.

El color no podía ser otro que el azul, así que novios y padrinos fuimos de azul aunque fuera en distinto tono, el ramo y prendidos del mismo color.
Los gemelos del novio y el pisa corbatas llevaban el escudo, además el traje era de “Do rego & novoa”, que son los mismos que hacen los trajes para el equipo del Celta.
Aunque realmente dónde todo empieza, es en las invitaciones, así que para anticipar a los invitados de cómo iba a ser, les dimos una pista…

Utilicé algunas canciones del equipo para la salida de los novios de la ceremonia, la entrada al banquete o para dar detalles especiales.
El seating plan lo hice en casa de manera personalizada, compré un tablero amplio y lo pinté de verde, después dibujé un campo de fútbol e hice una alineación con las mesas de la boda; que a su vez en lugar de números eran jugadores que habían pasado por el equipo.

Cada invitado en el plato, a parte de otras cosas, tenían una bandera, que la verdad dió muchísimo juego a lo largo del día. La personalicé con el hastag de la boda “25 años son pocos”, y quedaron fotos chulísimas.
Y el brindis… en vez de champán, con cerveza estrella, patrocinador del Celta; ¡eso sí!, la cerveza personalizada con sus nombres.

Y por último, (si no me olvido de nada), el photocall para el photomaton fue totalmente personalizado; la foto de un estadio con un escudo del equipo y el hastag de la boda, ¡no os imagináis lo bien que lo pasamos!

Ahora ya conocéis un poquito más de estas bodas de plata y de mi vida, de mí poco más puedo deciros… me encanta Disney, el fútbol me viene de familia y ¡el año que viene también me caso!

¿Os apetece ver el vídeo que nos pusieron los videógrafos ese mismo día? Pues pincha en el siguiente enlace…